Otros, no menos relevantes, fueron la pérdida de América, salvo Cuba y Puerto Rico (también en este caso se optó por la fuerza militar, sin ofrecer alternativas políticas) y el acusado retroceso internacional de España, hecho este bien patente ya en el Congreso de Viena (1814-1815).La segunda restauración española, 1823-1834, Frankfurt am Main, Peter Lang Eds., 2015;España pasaba al inicio del siglo XIX por serias dificultades económicas, que provocaron el generalizado descontento de la población. Rey de EspañaAnte el anuncio de Napoleón de entrar en España para celebrar la proclamada entrevista y reafirmar la alianza entre ambos países, Fernando VII salió de Madrid a su encuentro el 10 de abril. Rey de España (Madrid, 1712 - Villaviciosa de Odón, Madrid, 1759). .

Fernando VII. Tras los sucesos de El Escorial, la posición de los fernandinos ante la opinión pública era inmejorable. Organizaron una intensa campaña propagandística inspirada en los procedimientos empleados durante la revolución en Francia, fundada en la dicotomía entre el Bien y el Mal, encarnados respectivamente por Fernando y Godoy. Pero no fue un ignorante, ni menospreció la cultura. La reina María Cristina asumió la función de regente durante la minoría de edad de su hija Isabel II, nacida en 1830. A favor se situaron los absolutistas moderados y los liberales, pues creyeron que a la muerte del rey –que se presumía próxima, debido a su precario estado de salud- gobernaría María Cristina, sin otra opción para consolidar el trono de su hija que proceder al cambio político mediante la implantación de un sistema constitucional. Quienes lo trataron lo han presentado como una persona de débil carácter, muy influenciable por sus allegados, hipócrita, sumamente desconfiado, tímido y cobarde, incapaz –al decir de lord Holland– de sentir afecto hacia los demás, incluidos sus padres, quienes le correspondieron con la misma moneda. No careció –dijo de él Mesonero Romanos– de sagacidad interesada y traviesa para servirse de los hombres de la más diversa condición.Si bien no cabe hablar de victoria completa de los absolutistas en 1814 y en 1823, dio la impresión de que retornaba la monarquía absoluta tradicional, encarnada en un monarca dotado de plenos poderes, solo limitados por la doctrina católica y por las leyes tradicionales garantes de los privilegios de personas y territorios. Así lo anunció Fernando VII en un manifiesto fechado el 4 de mayo de 1814 en Valencia, preludio del golpe de Estado perpetrado a continuación, preparado por el rey y los suyos de acuerdo con sus procedimientos habituales: intrigas, negociaciones secretas, intensa campaña propagandística. Catalogado como el Deseado o el Rey Felón. Nació en San Lorenzo de El Escorial, el 14 de octubre de 1784. Fernando VII pretendió borrar de raíz las ideas y la obra de los revolucionarios (“quitarlas de en medio del tiempo”, dijo en su Manifiesto del 4 de mayo de 1814). Fue la conocida como revuelta de los era inherente exclusivamente a la soberanía y, en consecuencia, solo correspondía al reyDurante la ausencia del rey, las Cortes de Cádiz habían resuelto la crisis de la monarquía tradicional española, crisis a la que tanto había contribuido Fernando en su etapa de príncipe de Asturias, mediante su transformación en monarquía constitucional.

El régimen político de Fernando VII –ha escrito Brian Hamnett– “nunca llegó a adquirir un carácter definible”, fue La actitud de Fernando VII ante la cuestión de la jurisdicción señorial y la Inquisición ilustra este último extremo. Todo dependía de aprovechar cualquier oportunidad para lanzar una nueva acometida contra Godoy. Fue un hombre muy consciente de su elevada condición, preocupado en extremo por su imagen pública, terco, autoritario. Continuamente se preocupó por incrementar su biblioteca, hasta formar una apreciable colección bibliográfica. El Escorial (Madrid), 14.X.1784 – Madrid, 29.IX.1833. A pesar de la dureza de la represión, de la depuración de la administración y de la  consolidación de los privilegios del clero, pronto se alzaron voces en el interior contra el rey, la mayoría de eclesiásticos.

Para forzar a Fernando a asumirlo, le prometió que facilitaría su vuelta a España “con la misma autoridad que tuvo su padre,” esto es, como rey absoluto. Le exigían mayor firmeza contra el liberalismo y el establecimiento de un sistema absoluto de signo teocrático. Al nacer era el tercer descendiente varón de los reyes, pero la muerte prematura de sus hermanos Carlos y Felipe, gemelos, posibilitó que al acceder su padre al trono (diciembre de 1788), Fernando fuera el primero en el orden sucesorio. El 23 de septiembre de 1789 fue jurado Príncipe de Asturias en San Jerónimo el Real en una solemne ceremonia de acuerdo con el ritual histórico.Napoleón consiguió la corona española con relativa facilidad. Muy sonados fueron los casos de Mariana Pineda y el general Torrijos, una y otro elevados por el liberalismo posterior, al igual que Riego, a símbolos de la lucha por la libertad (“mártires de la libertad”). La promesa recibida de Napoleón en Valençay y la manifiesta antipatía hacia la Constitución de 1812 y, en general, hacia la obra de las Cortes profesada por Wellington, generalísimo de las tropas aliadas hispano-británicas y en consecuencia el hombre con mayor poder militar en España en ese momento, le facilitaron el camino para derogar la Constitución, declarar nulas las decisiones de las Cortes y restaurar la monarquía absoluta. El exilio político y los intentos de los liberales de levantar a la población española contra el absolutismo (hubo varios, todos saldados en fracaso) constituyeron rasgos sobresalientes del reinado de este monarca. Fernando VII nunca acató la Constitución de 1812, ni aceptó un sistema representativo, cualquiera que fuera su carácter. Reinou durante a época das guerras napoleônicas, estabelecendo uma resistência espanhola contra a invasão francesa e também se opondo a conflitos internos com grupos liberais que buscavam estabelecer uma monarquia constitucional.